EL ESCUADRÓN 731
El escuadrón 731 era una unidad de investigación secreta del ejército imperial japonés,que hoy en día se sabe que contaba con más de 3.000 miembros. Los cuales son responsables de algunos de los crímenes de guerra más atroces del siglo XX entre ellos el de provocar terribles infecciones bacteriológicas a los prisioneros de guerra que tenían la desgracia de caer en sus manos. A pesar de conocerse estos, con la complicidad mundial y por circunstancias históricas los principales culpables de estas atrocidades nunca fueron juzgados.
HISTORIA El imperio de Japón en la segunda guerra mundial comenzó con un proyecto secreto de investigación y desarrollo de armas biológicas que daría paso al llamado Escuadrón 731 y aunque también sus aliados alemanes realizaron crueles experimentos científicos, los nipones no se quedaron atrás en horror ...
El escuadrón 731 fue camuflado como un módulo de purificación de agua en el distrito de Pingfang China, uno de los objetivos fue contaminar todas las fuentes de agua del enemigo, dejar botellas con agua contaminada en los caminos o en las viviendas de las poblaciones cercanas.
Con miles de crímenes y horrendos experimentos a cargo del "doctor" Shirō Ishii y sus colegas investigaron enfermedades infecciosas, inoculando a sujetos sanos el cólera, tifus, difteria, botulismo, ántrax, muermo, brucelosis, disentería, sífilis, peste, etc y probar algunas vacunas.
Se utilizaron prisioneros de guerra y detenidos políticos acusados ​​de ser espías o miembros de la resistencia, de origen chino, pero también soviéticos, mongoles y coreanos, además de enfermos mentales y discapacitados. A los prisioneros chinos se les llamaba "marutas o troncos"
Forzados a beber iperita o se les exponía a ácido cianhídrico y gas mostaza. Se utilizaron humanos para probar las armas como granadas, lanzallamas, bombas explosivas también se realizan experimentos de carácter fisiológico, muy similares a los efectuados por los médicos nazis.
Como la valoración del tiempo de asfixia tras colocar cabeza abajo a los prisioneros y de embolia después de la inyección intravascular de aire, la de orina de caballo y de agua de mar, la privación de alimentos, agua o sueño, la congelación, las radiaciones masivas de rayos X.
Puestos a experimentar con cuerpos, la micro-biología se les quedó corta. Querían explorar los límites de la resistencia humana: amputaron brazos y piernas sin anestesia, los deshidrataron hasta la muerte y les inyectaron sangre de animales entre otras indescriptibles torturas, además la unidad liberó desde aviones pulgas infectadas con peste bubónica y entregó alimentos mezclados con bacterias de cólera en las provincias de Zhejiang y Hunan entre 1940 y 1942, lo que resultó en la muerte de cientos de personas.
Incluso colocaron personas dentro de máquinas centrífugas para determinar el tiempo de supervivencia y práctica de disecciones y autopsias en prisioneros moribundos, algunas realizadas por el propio Ishii, con el objetivo de obtener las muestras lo más frescas posibles.
Tras la rendición de Japón en 1945, las autoridades derribaron el campo de exterminio y procuraron borrar cualquier evidencia que diera indicios de las atrocidades cometidas tras sus muros. Pero el destino complotaria contra ellos. Días antes de marchar, los responsables del campo de "pruebas" ejecutaron a los últimos prisioneros que quedaban y soltaron ratas y pulgas infectadas. Esto provocó que durante los siguientes años, miles de personas murieran a causa de la peste y otras enfermedades infecciosas, pero muchos de estos responsables tambien caerian infectados.
Se estima que podrían haber sido asesinadas hasta 12.000 personas, aunque algunos historiadores cifran las muertes causadas por el Escuadrón 731 entorno a las 200.000. Al final de la guerra Ishii, fingió su propia muerte e intentó huir, pero fue arrestado por EEUU en 1946.
El 27 de abril de 1946 negocio su inculpación e inmunidad en el Juicio de Tokio, a cambio de todos los datos sobre guerra derivada de sus experimentos con seres humanos, y sin publicidad alguna. De esta forma, Ishii nunca llegó a ser procesado por crímenes de guerra.
Cuando la guerra llegó a su fin,con Japón ya rendido. Estados Unidos pasó a tener control de los archivos militares del país asiático durante nueve años. Por entonces, no se dieron a conocer detalles de la Mostrosa Unidad 731. Ni de los militares, ni de los científicos que trabajaban allí, y mucho menos fueron juzgados en Japón ni en otro lugar más que en Rusia.
DATOS ESCLARECEDORES. Pero décadas después, comenzaron a surgir escalofriantes testimonios que arrojaron luces sobre las labores del temido escuadrón y revelaron un oscuro capítulo de la historia de Japón. Segun los historiadores japoneses, EE.UU. otorgó inmunidad de enjuiciamiento por crímenes de guerra a los médicos a cambio de la información científica recolectada en el programa.La unión sovietica por el contrario, llevó a juicio a doce militares japoneses de la Unidad 731 por crímenes de guerra en la ciudad rusa de Khabarovsk en 1949. Seis de los acusados recibieron sentencias de entre dos y veinticinco años de prisión, en un juicio que Estados Unidos calificó como "propaganda comunista". Mas tarde al conocerse la posición de Washington respecto a los crímenes de la unidad 731, alego en su defensa que le preocupaba en su momento que esos datos cayeran en manos de Rusia.
La existencia de la Unidad 731 supone un capítulo oscuro de la historia de Japón que aún no se ha cerrado.
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