Seres Astrales: Las almas de los animales.

“Juan vio animales de aspecto extraño en el cielo… allí presentes, dando gloria a Dios. Juan entonces entendió que Dios se glorificó a Sí mismo salvando todo lo que Sus manos habían hecho, ya fueran animales, aves, peces u hombres; y Él se glorificará a Sí mismo con ellos” Apocalipsis 5:13
Un tema polémico es el de la vida después de la muerte, que ya es muy discutido en cuanto a la muerte de un ser humano, ahora es de imaginar lo que sucede en cuanto a animales se trata, y a dónde van cuando mueren estos, y sobre todo cuando se trata de nuestras queridas mascotas. Pero primero mencionare un párrafo Extraído del libro “El Evangelio perdido” que narra pequeñas historias sobre Jesús esta historia nos dará luces sobre el tema a tratar: Jesús entró en un pueblo y vio a un gatito que no tenía dueño, y tenía hambre y Le gemía. Él lo levantó, lo puso dentro de Su túnica, dejándolo reposar en su pecho. Y mientras pasaba por el pueblo, dio de comer y beber al gato, que comió y bebió y Le mostró su agradecimiento. Y Él Lo dio a una de Sus discípulas, a una viuda llamada Lorenza, que cuidó de él. Y algunos de entre la gente decían: este hombre se ocupa de todos los animales. ¿Son Sus hermanos y hermanas, para que los ame tanto? Y Él les dijo: en verdad, estos son vuestros hermanos de la gran familia de Dios; vuestros hermanos y hermanas, que tienen el mismo aliento de vida del Eterno. Todas las creencias tienen hipótesis más o menos detalladas de lo que le ocurre al alma tras la muerte. Podemos destacar que cada 27 a 28 de octubre, se cree que este día llegan las almas de las mascotas que murieron. La mayoría de las religiones se mantienen en un prudente silencio con respecto a este tema; sin embargo, el tema del alma de los animales, y puntualmente el alma de nuestras mascotas, encuentra algunas respuestas en las diversas tradiciones, por ejemplo en las orientales, el Bardo Thodol, que es una especie de guía de asistencia para recitar junto al óbito, de forma que su alma no se extravíe en los confusos laberintos de la incorporeidad.
Las viejas tradiciones orientales, popularizadas en occidente por la teosofía, proponen que todas las criaturas vivas en este mundo poseen alma, es decir, son entidades espirituales sujetas al ciclo de karma y reencarnación, razón por la cual deben atravesar la misma escalera de crecimiento espiritual que nosotros, ya sea de forma ascendente o descendente.
Se debe resaltar que a pesar de esas similitudes genéricas, el alma de las mascotas no es del todo igual a la nuestra. Porque se dice que pertenecen a un tipo de almas conocidas como "almas grupales". En otras palabras, que no han pasado por la etapa de la individualización; es decir, un alma individual que ocupa un cuerpo particular en nuestro plano. Las almas grupales tienden a lo grupal; se mueven como enormes bloques encarnados conjuntamente en muchos cuerpos de animales al mismo tiempo.
Pero ¿qué es un alma grupal? Trataremos de explicarlo de la manera segun los escritos de los espiritistas,Según el espiritismo, el alma humana tiene el grado evolutivo más alto entre todos los seres terrenales, sin embargo, ¿cómo se forma? Siguiendo la misma doctrina, dicen que los animales fueron creados por Oxalá, la forma, y Olodumare (Zambi, Dios) dio el soplo divino (emì) que llena de vida (alma) el recipiente. Sin embargo, existe otra forma de formarlo, sería a través de un agregado de espíritus animales y vegetales, hasta formar el equivalente a un espíritu humano, el cual recibiría el nombre de "Alma Grupal". Esta agrupación sería como un "rompecabezas" compuesto por varias piezas buscando como resultado la formación de un alma evolucionada. El único problema radica en su origen, que lleva consigo la conciencia irracional de animales y plantas, creando en el individuo una conciencia baja, sin nociones complejas de sentimientos. Por lo tanto, no es posible que este ser comprenda asuntos como el amor, la piedad, la compasión, el respeto y similares. Es una persona movida por instintos básicos de auto conservación, acaba siendo vista como egoísta y sin escrúpulos. Esta es la teoría de los espiritistas para clasificar a los seres tanto humanos como animales que son capaces de matar, pues ahora con demas estudios se ha llegado a la conclusión que se trata de una gran farsa, la cual es utilizada por las personas, para fines sin escrúpulos, porque según esta teoría, las almas grupales son almas recién formadas, sin compasión, comprensión de cuánto duele a los demás y sin ningún aprecio por tanto tu propia vida como la de los demás. Cosa que no es verdad. Los animales sienten: aman, sufren, sienten felicidad, y son nuestros hermanos menores. Y de la actitud que tomen, se debe ya ala escensia de cada ser, tanto en humanos "evolucionados" como en animales menos evolucionados, la cual puede ser buena o mala dependiendo como ya se dijo de la escensia del individuo...
Siguiendo con el tema la filosofía oriental propone que el ciclo de desarrollo de las almas de las mascotas posee cualidades similares a la nuestra: encarnan, desarrollan experiencias, aprenden, mueren y reencarnan. Por esta razón las mascotas a veces parecen asimilar algunas características de sus amos, como por ejemplo: gustos particulares, algunos hábitos, que no necesariamente son siempre positivos. De hecho, los orientales creen que al tener una mascota a nuestro cargo asumimos una responsabilidad muy grande con respecto a su desarrollo espiritual. En el caso de Annie Besant, una gran investigadora y teósofa del siglo 20, propuso que el tránsito de la muerte en las mascotas es muy parecida al nuestro: tras la muerte física el alma grupal abandona el cuerpo y se funde en la primera fase del cuerpo etérico, permaneciendo durante algún tiempo en nuestro plano. Básicamente se trata de un proceso de desapego de los lugares y personas con las que la mascota convivió. En cierto momento se desprenden del cuerpo etérico y regresan al cuerpo espiritual, en este caso, el alma grupal; de tal forma que cualquier perro o gato u otro animal que falleció finalmente vuelve a su esencia primordial. Pero en cambio para la médium británica Gladys Osborne, que investigó mucho al respecto, asegura que un animal al que uno ha amado acostumbra ir a parar a la tercera esfera, donde alguien cuida de él y donde lleva una vida normal como el animal que fue en vida, hasta que se reencuentre con nosotros, además aseveró que incluso a veces es traído a este mundo para que nos vea mientras seguimos aquí en esta vida. Cuando fallece un animal en este caso una mascota, salen a recibirlo en el más allá, almas generosas que cuidan a las mascotas hasta que se reencuentran con sus amos en el mundo espiritual. Si tomamos como referencia las investigaciones de Allan Kardec, por ejemplo, así como la de otros espiritistas, no es infrecuente que el alma de los humanos incluso ayude a las de nuestras mascotas durante su retorno al alma grupal. Este mecanismo también se da a la inversa: cuando el vínculo de un humano con su mascota es lo suficientemente fuerte, ésta última es capaz de desprenderse por un tiempo del alma grupal para recibir al alma de su amo después de la muerte.
Ahora bien, no todas las muertes son iguales. De hecho, muchas de ellas son traumáticas, imprevistas, y en cada caso el alma reacciona de manera diferente. Como decíamos anteriormente, el alma de las mascotas permanece durante un tiempo en nuestro plano, en general ya fundida con el cuerpo astral. En este período podemos llegar a sentir su presencia en la casa, aunque esta etapa de transición puede durar muy poco, si la muerte ha sido por vejez, o mucho tiempo, si es que nuestra mascota falleció en un accidente o debió ser sacrificada a causa de una enfermedad. Cuando el vínculo emocional entre el humano y su mascota es fuerte, entre ambos se construye una línea de comunicación muy particular. La mascota puede entender, e incluso predecir, lo que le ocurre al humano; así como éste es capaz de deducir algún inconveniente basándose únicamente en ligeros cambios de comportamiento y hábitos. Este vínculo nunca se corta abruptamente, no importa si es el humano o la mascota el que fallece primero. Ya en el terreno de la parapsicología, el espíritu de las mascotas pueden incluso manifestarse en nuestro plano físico. Estos eventos rara vez son espectaculares. Todo lo contrario, las manifestaciones son tan sutiles que solo el humano que los conoció y amó puede detectarlas. Los animales, al igual que los humanos, se unen a su círculo de seres queridos y la mayoría de las veces se reúnen con los espíritus de los familiares de sus propietarios o amos. A veces estas personas simplemente les ayudan a “pasar al otro lado” y en otras ocasiones envían mensajes a sus familiares que aún están con vida, confirmándose que su mascota está bien en el más allá.
En muchos casos es frecuente escucharlos y hasta olerlos cerca nuestro. Se puede en otros casos hasta sentir su presencia en los lugares de la casa que frecuentaba más asiduamente, por ejemplo, corriendo por la sala, o echados sobre la cama. Físicamente también son capaces de trasmitir una especie de tensión muscular; por ejemplo, cuando los perros ponían sus patas y hocicos en las piernas del dueño que lo llega a percibir como una corriente eléctrica. Según algunos expertos, dicen que los animales se aparecen como orbes, que son unas especies de circunferencias de luz, pero que también se pueden manifestar como eran en la vida terrena. Se puede ser capaz de sentirlos cerca de nosotros durmiendo en nuestra cama, como lo hacían cuando estaban físicamente. Por ello recuerda que todo animal, es un ser espiritual y en el caso de tu querida mascota la cual te hizo compañía durante un periodo de tu vida, esta unión continuará más allá del plano terrenal. Pero casi todas las tradiciones aseguran que es un error estimular esos fugaces pulsos espirituales, pues debemos advertir que la función del amo es ayudarles a facilitar la transición hacia el alma grupal, y no buscar atraerlos hacia el plano físico. Debemos entender que las almas de las mascotas continúan amando a sus amos de manera incondicional, y tratan de llamar su atención durante los días posteriores a la muerte.
Es la responsabilidad de los amos humanos conseguir que el adiós no sea confuso para ellos; en especial si la muerte de la mascota fue traumática. Este proceso, de hecho, no es nada fácil. porque todas las almas tienden a apegarse al vehículo físico que las contuvo, hasta que paulatinamente consiguen acomodarse y aceptan su nueva realidad. Y en este caso las mascotas no son la excepción: ellas buscan a sus amos, a su hogar, y en muchas ocasiones tardan bastante tiempo en abandonarlos definitivamente. Llorarlos excesivamente prolonga esta etapa más de lo aconsejable. En cualquier caso, nunca está de más recordarlos con el mismo amor que sentíamos cuando estaban con vida. La muerte es simplemente el comienzo de un largo proceso que de ninguna forma nos aísla, sino todo lo contrario: nos une más allá de esas breves pero dolorosas separaciones. Por tanto podemos concluir diciendo que todos los animales son espíritus, ya que todos los seres vivos son entidades espirituales, tienen alma, energías. Nacen, viven, mueren y después regresan de nuevo al mundo físico en otros cuerpos terrenales. Su espíritu experimenta un crecimiento espiritual parecido al de los humanos, porque el alma humana tiene el grado evolutivo más alto entre todos los seres terrenales. Así que al final como en vida nuestras mascotas aguardaban ansiosamente nuestro regreso a casa, echados junto a la puerta, eran capaces de identificar nuestros pasos a muchos metros de distancia, el alma de nuestras mascotas volverá a recibirnos del otro lado del umbral. Por tanto vale decir que nadie que amo realmente, al final de la vida, se queda solo, todo lo que se da, regresara.
El Puente del Arco Iris Cuenta la leyenda que cuando muere un animal, que ha sido muy cercano a alguien, llega a un lugar del cielo llamado Puente del Arco Iris. Del otro lado del puente hay prados y colinas para correr y jugar como les gusta, hay suficiente espacio, comida, agua y sol para que ellos se encuentren cálidos y cómodos. Todos los que han estado viejos, mutilados y lastimados, son restaurados y vuelven a estar llenos de salud y energía como los recordamos en sus mejores momentos. Nuestros amigos se encuentran contentos y satisfechos, excepto por algo: cada uno de ellos extraña a ese alguien muy especial que dejaron del otro lado y al que llaman amo o amigo. De pronto, mientras todos corren, algunos se detienen y fijan su mirada en la distancia, su mirada brillante se llena de alegría, se estremecen de emoción y corren rápido hacia la mitad del puente. Es que te han visto que vienes y corren felizmente a recibirte. Sus lengüetazos llueven en tu rostro, tus manos pueden volver a acariciar a esa criatura tan amada, vuelves a ver esa mirada llena de amor y nobleza de tu mascota, que por un tiempo estuvo ausente de tu vida, pero nunca de tu corazón. Ahora tú y tu amigo, cruzarán el Puente del Arco Iris, para estar juntos para siempre… Nadie, al final de la vida, se queda solo. Escrito y verificado por la psicóloga Raquel Aldana.

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