Civilizaciones milenarias: La ciudad sagrada de Caral
Descubierta en 1965, la zona arqueológica de Caral en el valle de Supe (Barranca, Lima-Perú), pasó desapercibida para los investigadores hasta que, en 1996, la notable arqueóloga Ruth Shady realizó las excavaciones que pondrían a la ciudad más antigua de América en los ojos del mundo. Hoy, tras casi 30 años de exploración y estudios, aún es escaso lo que conocemos sobre esta civilización que dio origen a la cultura andina. Este artículo es un recuento de 5 misterios que todavía generan polémica para los eruditos.
La palabra “Caral” tiene un origen muy antiguo, posiblemente relacionado con los inicios del idioma quechua. Su significado ha desaparecido, aunque en la región quedan otras palabras similares “Huaral” por ejemplo. En cuanto al nombre del valle y del río Supe, éste provendría de “Supay”, que en quechua significa diablo, pero también tendría relación con lo sagrado, venerado y que se resiste a desaparecer.
La ciudad de Caral es conocida como la ciudadela más longeva de América con una antigüedad de cinco mil años. Caral-Supe se desarrolló entre tres mil y mil novecientos antes de Cristo en la era del Arcaico Tardío y fue contemporánea de otras civilizaciones como las de Egipto, India y Mesopotamia.
La arquitectura de Caral se caracterizó principalmente por los estadios circulares de varios pisos. A continuación, se mencionará las instalaciones arqueológicas más resaltantes de esta civilización:
Conjunto residencial: Se ubicaron en los sectores bajos y altos del valle de Supe, estas residencias sirvieron como domicilio de los pobladores. Son de forma cuadrangular y oscilan los 49 metros cuadrados y los 80 metros cuadrados.
Junto con Caral, surgían varios centros urbanos. Hay hasta 19 establecimientos coetáneos con Caral, que tienen construcciones públicas, como por ejemplo el sitio de Chupacigarro a solamente1 kilómetro de distancia hacia el oeste, así como los sitios de Penco, Allpacto, Pueblo Nuevo, Piedra Parada, Huacachi, entre otros.
Caral, con una antigüedad de alrededor de 5,000 años, contemporánea de Egipto y Mesopotamia. Está formada por 32 edificios monumentales, articulados en un complejo sistema con una fuerte ideología religiosa. Caral lideró una civilización urbana que incluía 17 sitios similares, aunque más pequeños, ubicados en el valle de Supe y floreció en el periodo arcaico tardío, entre el año 3000 y 1800 A.C. presenta una arquitectura compleja, con pirámides escalonadas, plazas, y sistemas de drenaje que demuestran un conocimiento avanzado en ingeniería y planificación urbana. Además, se aprecia la riqueza del arte simbólico en geoglifos, relieves, frisos y piedras talladas. En Caral, la ciudad sagrada, se identifican siete grandes pirámides en total. Estas pirámides se encuentran en el sector alto de la ciudad, rodeadas de otros monumentos más pequeños, se hablaba una lengua precursora del quechua, que se conoce como "Runasimi" Los caralinos desarrollaron la actividad cinegética. fue borrada del mapa por un terremoto, seguido de lluvias torrenciales e inundaciones que anegaron las tierras fértiles.
Esta cultura se desarrolló entre los 3000 y 11500 años antes de Cristo; 2000 años antes de la construcción de Chavín y por lo menos 3000 años antes de la llegada de los incas al valle.
Caral una urbe capital con capacidad para alrededor de 3,000 personas, sorprende que en casi 30 años de excavaciones no se haya podido encontrar un cementerio.
Falta de antecedente inmediato:
La ausencia de evidencias de un desarrollo cultural previo a Caral en la región plantea la pregunta de cómo y por qué esta civilización surgió tan abruptamente.
Implicaciones para la historia de América:
El descubrimiento de Caral ha revolucionado la comprensión de la historia de América, sugiriendo que el desarrollo de las civilizaciones en el continente no siguió un patrón lineal como se había pensado.
Investigaciones en curso:
Los arqueólogos siguen investigando Caral para comprender mejor su origen, desarrollo y la influencia que tuvo en otras culturas precolombinas.
El Molino, ubicado en el centro poblado del mismo nombre, que se encuentra situado al margen derecho del río Supe, en la carretera que lleva a la Ciudad Sagrada de Caral, en donde se hallaron una serie de maquetas a escala que se encuentran en buenas condiciones.
¿Cómo eran sus viviendas?
Aun cuando construyó los templos con piedra y arcilla, la sociedad de Caral edificio sus casas utilizando huarango armado con carricillos. Posteriormente, hizo sus viviendas con quincha, basándose en una estructura de huarango con carrizos unidos a pares, mediante amarres de fibra de junco, formando un diseño similar a un emparrillado.
Asimismo, utilizó distintos tipos de acabados para las paredes y pisos. Después de la capa de estuco de arcilla aplicó varias clases de colores de pigmentos: blanco, amarillo, rojo o azul. cada recinto siempre estuvo presidido por un fogón central. Existió otro tipo de viviendas, de material precario, posiblemente de carácter temporal, pertenecientes a peregrinos. De dichas moradas solamente nos quedan los hoyos de los postes. Su población había sido aproximadamente entre 1000 y 3000 habitantes.
Dentro de la sociedad de Caral estaban los sacerdotes, quienes dirigían a la población a través del conocimiento que acumularon astronomía, manejo del espacio y control del tiempo, necesarios para las actividades agrícolas y las construcciones de las estructuras arquitectónicas. Ellos conducían también el almacenamiento, distribución e intercambio de bienes, ya sea a escala local, regional e interregional.
RUTH SHADY: “EN CARAL HAN PRODUCIDO CONOCIMIENTO CIENTÍFICO” Observaban el espacio sideral y tenían en cuenta el movimiento de los astros. En Caral hemos hallado un observatorio astronómico. Diciembre es un mes muy importante, porque se da el solsticio, que es cuando podían predecir cómo será el próximo año”
¿En qué trabajaban?
Existieron personas especialmente en el intercambio de algodón – producían grandes cantidades – con otros grupos (como pescadores y habitantes de valles serranos), para obtener su trueque, ciertos productos, tales como pescado, moluscos, huayruro, madera del lloque, achiote, tutumo, etc.
¿A qué se dedicó la mayoría de la población?
La mayoría de la población se dedicó a la producción de algodón, así como al cultivo de vegetales para su alimentación. Trabajaron también en la recolectación y caza de los recursos del monto y de las lomas, y en la construcción de los templos.
¿Cómo era su religión?
Dado que la civilización Caral probablemente careció de escritura, no se conoce mucho sobre su cosmovisión religiosa. Lo poco que se sabe, se infiere a través de las investigaciones arqueológicas.
Es casi dado por hecho que adoraban al Sol y a las estrellas, debido a la orientación privilegiada de sus pirámides con el astro rey. Así mismo la evidencia de una huanca o ‘reloj solar’ encontrada en una de las plazas, corroboraría dicha hipótesis.
También se cree que adoraban a los cerros o «apus», lo que convertiría a Caral en origen de esta tradición cultural andina. Esto se deduce por su obsesión con construir pirámides y establecer asentamientos en lugares altos o cercanos a los cerros, que pudieran brindarles una suerte de ‘protección’.
Aunque no se tengan referencias escritas, podemos decir que la religión en Caral estuvo muy relacionada con la propiciación de buenas cosechas; para lo cual centraron su atención en la observación del sol y de otros astros. Las construcciones están todas orientadas a la posición del sol en ciertas épocas del año, 25° al noreste. Sus ritos estaban relacionados con el fuego.
La diversidad de las formas en los templos india que muchas tradiciones culturales confluyeron en Caral, de la costa, propiamente, con otras provenientes tanto de la sierra como de la ceja de selva. Con las excavaciones se han encontrado dos muertos, un niño y un joven, su ajuar consistía en collares de cuentas de piedras y concha con ofrendas de moluscos, cestos, objetos de hueso y madera.
Dentro de la sociedad de Caral estaban los sacerdotes, quienes dirigían a la población a través del conocimiento que acumularon astronomía, manejo del espacio y control del tiempo, necesarios para las actividades agrícolas y las construcciones de las estructuras arquitectónicas. Ellos conducían también el almacenamiento, distribución e intercambio de bienes, ya sea a escala local, regional e interregional.
En el año dos mil tres el arqueólogo Álvaro Ruiz encontró en un asentamiento vinculado a Caral en Pativilca, en un mate con el que podría ser la representación más antigua del ‘dios de los báculos’ , también conocido como Viracocha, figura que data aproximadamente del año dos mil doscientos cincuenta antes de cristo. Esto ha levantado una amplia polémica entre los estudiosos, pues hasta entonces se creía que esta deidad había aparecido recién con la cultura Chavín en el año mil doscientos antes de cristo.
El Dios de los Báculos, o Dios de las Varas, es una deidad primordial en las culturas andinas, especialmente la de los incas, también conocido como Wiracocha. Se le representa con dos báculos o varas, a menudo con características zoomorfas como dientes, colmillos, patas y garras. Es considerado el creador del universo y la divinidad principal de las culturas andinas.
La ciudad del fuego
Caral también es llamada con justicia, La ciudad del fuego, debido a que tanto en las plazas principales como en sus templos había un lugar especial donde se mantenía una llama sagrada, la cual se piensa -incluso- era mantenida encendida día y noche, a través de un complejo ducto que le proveía oxígeno utilizando un efecto hoy llamado efecto Venturi.
El fuego formaba parte fundamental de la vida ritual en la ciudad, tanto que los arqueólogos han hallado evidencia que, junto a las residencias de élite, también se mantenían otras llamas sagradas de menor alcance.
¿Por qué los obsesionaba tanto el fuego?
La respuesta todavía permanece oculta y talvez se encuentre más allá de las hipótesis de los arqueólogos, que la adjudican a la mística.
Quipus
En Caral también se han encontrado conjuntos de hilos que se cree son los quipus más antiguos del mundo andino
¿Qué comían y cómo los conseguían?
Los habitantes de Caral conseguían sus alimentos, tanto de la agricultura, zapallos y calabazas, como del intercambio de productos con los pescadores, anchovetas, sardinas, choros y machas, así como del aprovechamiento de los recursos de las lomas del río y del monto ribereño, sus excedentes de producción almacenaron en depósitos o construidos para el caso.
¿Qué tipo de arte tenían en Caral?
En ese período aún no se desarrollaba la cerámica. A pesar de ello, serían encontrado figurinas de arcilla no quemadas, comunes a otras sociedades contemporáneas. Asimismo, se ha hablado de una flauta de hueso de pelicano, que tuvo relación con el conocimiento de la música. Este instrumento formó parte de un elaborado ritual de enterramiento arquitectónico. Decoraban algunos recintos con altorrelieves. También, en sus tejidos, ejecutaron complejos diseños. Se han recuperado, además, cuentas de piedra y moluscos, abalorios de hueso con decoraciones.
La ciudad sagrada perduró en una zona de fuerte actividad sísmica durante milenios debido a una ingeniosa solución constructiva. Los constructores de Caral usaban shicras, bolsas de fibras vegetales y llenas de bloques de piedra, que colocaban ligeramente separadas en las plataformas de los templos.
Al ocurrir un terremoto, ese núcleo de shicras se movía con la vibración, pero de manera limitada, luego se asentaban de nuevo en la base del edificio y se mantenía la estabilidad estructural.
La influencia de Caral en la cultura andina
La organización social y otros elementos culturales de las culturas andinas siguientes provienen de Caral, según las investigaciones del equipo de Shady. Ello obligó a replantear algunas ideas ya establecidas respecto a innovaciones que se creían propias de ellas, como la construcción sismorresistente, los geoglifos, la cooperación comunal, el intercambio comercial a grandes distancias y el registro de información a través de quipus.
“Lograron entender la importancia de construir sus ciudades en zonas que no podían ser afectadas por fenómenos naturales; trabajaban en armonía con la naturaleza, lo cual se mantuvo en las siguientes culturas”, abunda Guillén.
“En Caral tenemos los más antiguos geoglifos, la arquitectura con pirámides escalonadas que respondían muy bien a eventos sísmicos, lluvias, etc. y el más antiguo quipu que demuestra que tenían un manejo estadístico complejo que probablemente se usó en la construcción”, detalla.
También se halló una maqueta en el sitio arqueológico El Molino que “muestra que hubo una planificación en la arquitectura. Buscaban el ordenamiento total del lugar donde vivían", como lo harían después los incas.
“El fin de Caral no es el fin de la cultura andina, sino demuestra que las formas son las que cambian, pero los principios de adaptación al medio y organización continúan”, indica Guillén.
Una lección actual
Los trabajos en Vichama han mostrado que un cambio climático ocurrido hace 1.800 años afectó a todo el valle de Supe, lo cual causó el declive de la civilización Caral.
Esto ayuda a entender cómo los cambios climáticos afectaron en el pasado a las poblaciones, una lección que se vuelve actual debido a la situación del planeta, expresa Shady.
Templo del anfiteatro: Es una gran plaza circular hundida de 29 metros de diámetros, conduce por unas escalinatas a la antesala semicircular donde era destinado la practica de los rituales y ofrendas.
Pirámide mayor: Es la construcción más compleja de todo Caral. Se cree que en su interior se realizaron importantes practicas funerarias.
Pirámide de la galería: Su tamaño es increíblemente inmenso por esa razón ocupa un tercer lugar en el tamaño de conjunto de edificios. Se cree que estuvo ligada a actividades ceremoniales y sociopolíticas ligadas a la elevada jerarquía de sus funcionarios.
Edificio central: Ubicada al oeste de la plaza central en su interior se encontraron viviendas. Se infiere que por su forma piramidal intervinieron tambien en los rituales religiosos o sirvieron de observatorios.
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